Ayer al cierre americano conocimos los resultados empresariales de Microsoft. Estos, aunque superaron las expectativas de los analistas tanto en ingresos como en beneficios, preocuparon a los inversores después de que la empresa mostrase preocupación por la sostenibilidad del crecimiento de una de sus áreas que más estaba creciendo hasta ahora, la nube. Además, la empresa está comenzando a ver cómo empieza a deteriorarse sus ingresos por anuncios en sus diferentes plataformas (LinkedIn, Bing Search y News), así como un rápido deterioro en la venta de ordenadores. Estos dos últimos hechos tienen mucho que ver con la situación económica actual donde la incertidumbre reduce las inversiones de las empresas (y, por tanto, el gasto en publicidad) y también hace que caiga el consumo de los consumidores. Todo esto sin contar con el efecto de la fuerte revalorización del dólar contra prácticamente todas las divisas, el cual está generando muchos problemas en general en empresas estadounidenses con negocios por todo el mundo.
Aún así, como decía todo esto tiene más que ver con la situación económica actual que con problemas particulares de la compañía. Lo que más parece preocupar a los inversores esa caída en las expectativas de crecimiento en el segmento Cloud de cara a lo que queda de año. Concretamente, hasta ahora los ingresos en ese segmento han crecido un 42% respecto el mismo periodo del año anterior y la compañía espera que en el cuarto trimestre este crecimiento se reduzca hasta el 37%. Aun siendo tasas muy elevadas de crecimiento, lo cierto es que el mero hecho de que revisen su crecimiento hace que se reajusten las valoraciones, explicándose así que, a pesar de estar de hecho creciendo más de lo que se esperaba, las acciones caigan más de un 7%. Esta revisión, además, confirma la clara tendencia bajista que está teniendo el crecimiento en este segmento desde mediados de 2021, por lo que quizás los inversores estén descontando crecimientos todavía menores.
En líneas generales, podemos decir que son unos resultados malos. Sin embargo, tal y como el CEO de Microsoft, Satya Nadella, comenta, “En un mundo que afronta cada vez más vientos de cara, la tecnología es el viento de cola definitivo”. Esta es la baza más importante de la compañía y no hay duda de que seguirá estando cuando pase toda la tempestad. El negocio está enfocado en ayudar a sus clientes a volverse cada vez más digitales y productivos, algo cada vez más necesario en los países desarrollados donde el envejecimiento poblacional es una seria amenaza para sus economías. Así, Microsoft pretende que sus clientes hagan más con menos. Por todo esto consideramos que, aunque a corto plazo podamos ver volatilidad en las acciones de la compañía, esta no debería de mostrar un comportamiento sustancialmente peor que el mercado, mientras que a medio/largo plazo sí que vemos potencial de que pueda ofrecer rendimientos superiores a los del mercado.